Sigo con el relato de la Campaña de Star Wars d6 que estoy haciendo con mis primos. Tras la llegada al laboratorio desde el que se pedía socorro a la Rebelión, y el enfrentamiento con el trío formado por el cazarecompensas, el forajido y el merc, nuestros héroes decidieron adentrarse más en las instalaciones.
El asunto de la recompensa a cobrar por el forajido quedaría, nuevamente, para más adelante, aspecto cimentado en las cada vez mejores relaciones del grupo. En este ambiente de camaradería creciente, la princesa reveló que su verdadero nombre era Cornelia, dato desconocido incluso para Kyle.
Fue Cornelia quien se aventuró a abrir la puerta de la siguiente sala. Tuvo suerte de percatarse de la presencia de una mina tras la puerta, aunque sus habilidades de desactivación no fueron demasiado afortunadas. Tras la explosión, de la que salió sólo aturdida, el grupo avanzó por un estrecho pasillo, hasta llegar a dos salas. Jaden tomó la habitación de la derecha, percatándose de una rejilla de ventilación recientemente abierta. Por su parte, ni Kyle ni Cornelia encontraron nada relevante en la otra habitación.
Jaden subió por los conductos de ventilación mientras que Cornelia y Kyle avanzaron por el pasillo. El camino del piloto atrevido y la joven senadora se interrumpió al llegar a una puerta inexpugnable, al menos en apariencia. Jaden, por su parte, fue a parar a la parte superior de una enorme sala de desperdicios, la misma cuya puerta no podían abrir sus dos compañeros, aunque esto era algo que ninguno de los tres sabían.
A todo esto, os preguntaréis qué estaba haciendo R2-F5. El androide astromecánico estaba deambulando sin rumbo fijo, siguiendo de vez en cuando a Kyle y Cornelia. Su protagonismo en esta sesión fue más bien escaso, ya que su programación no está desarrollada del todo. Tal vez más adelante, cuando nuestros aventureros avancen en sus escaramuzas, la situación cambie un poco.