La entrada de esta semana intenta reflejar sin spoilers mi opinión sobre The Last Jedi, el Episodio VIII de la saga de Star Wars. Podéis leer si miedo a encontraros nada que os fastidie la película si aún no la habéis visto. De hecho, voy a deshabilitar los comentarios en esta entrada para que alguien se pase de frenada en los mismos y os fastidie (De nada).
Más allá de esto, sí me gustaría dar una pincelada o dos de las sensaciones que me ha dejado la película. Vaya por delante que he intentado no contaminarme con ideas ajenas y que por ello no he querido leer críticas en ninguna web.
Empecemos pues por lo más elemental. La película me ha gustado. He de decir que salí más entusiasmado del cine tras el Episodio VIII porque caí presa de los guiños nostálgicos que metió JJ Abrams en El despertar de la Fuerza, pero The last Jedi no me ha decepcionado en absoluto. Me resultó entretenida y sorprendente (por no decir desconcertante) en algunos puntos.
En otros aspectos me descolocó hasta el punto de destrozar mis ideas preconcebidas, pero en cualquier caso estoy deseando ver cómo termina esto en el Episodio IX, ya que no tengo claro por dónde van a ir los tiros. Desde luego, creía que la película iba a ser más previsible en ciertas cuestiones y salí totalmente descolocado.
En otros aspectos me descolocó hasta el punto de destrozar mis ideas preconcebidas, pero en cualquier caso estoy deseando ver cómo termina esto en el Episodio IX, ya que no tengo claro por dónde van a ir los tiros. Desde luego, creía que la película iba a ser más previsible en ciertas cuestiones y salí totalmente descolocado.