Los disparos se sucedían, pero yo mantenía la calma. Lo que para muchos es un escenario complejo, para mí era un día más en la oficina, sobre todo desde hacía un tiempo. Además, varios de los androides de la serie IG-88 habían caído ya bajo el sable de Skywalker. Aquello parecía ir bien, salvo por el estado de Kyle.
- Venga, Katarn. No te mueras aquí - le dije mientras vi de refilón asomar el ojo robótico de una de las unidades IG-88 que quedaban en pie.
En apenas unos segundos tuve que reaccionar a lo que se me venía encima. Cogí la pistola Bryar de Katarn y descargué toda la potencia que tenía acumulada sobre la cabeza del IG-88. La explosión llamó me cegó por un momento y tardé en reponerme.
Cuando creía que me había librado de esa molesta presencia, el androide describió un círculo con los brazos y la pistola fue a parar al suelo. En ese momento vi el sable jedi de Katarn y no lo pensé. Dibujé un arco ascendente que partió al androide en dos. Las chispas saltaron por los aires y ambiente se cargó de olor a metal quemado.
- Rodgers, ¿cómo está Katarn?- me gritó Skywalker mientras se enfrentaba al sith que le había amenazado hacía unos pocos instantes.
Apenas pude decir anda antes de que se oyera un nuevo estruendo provocado, en esta ocasión, por un grupo de rebeldes que entró el edificio. Una granada de humo recorrió el suelo haciendo que el ambiente fuese poco menos que irrespirable. Lo que en otro contexto habría ayudado, pronto se volvió en nuestra contra, pues los androides IG-88 tenían visión en esas condiciones, pero yo no.
Noté un duro golpe. Y se hizo la oscuridad.
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