Últimamente, allí dónde miro, veo rol. Ya sea en formato físico o en formato digital, están proliferando todo tipo de iniciativas, muchas de ellas de enorme interés para mí, en este apasionante mundo. Tal vez por ello, mucha gente habla de una segunda edad dorada del rol en España, que tradicionalmente se ha movido de modo crónico en una crisis que riéte tú de la económica que se vive a nivel global. Otros, en cambio creen que esta situación es "pan para hoy, hambre para mañana". Huyendo de ese polémico debate, que requiere de la participación de muchas más personas que un simple rolero como yo, no quiero dejar de dar mi apreciación personal sobre la dualidad formato físico/formato digital.
Vaya por delante que para mí todas estas iniciativas de las que os hablaba son fantásticas, pues los aficionados están involucrándose en mayor o menor medida, con mayor o menor éxito, pero con igual ilusión, en el mundo de la edición de material de rol. Hay casos de mayor éxito que otros y que han llegado a publicarse con una gran acogida, como
Aventuras en la Marca del Este, otros que son todavía proyectos digitales pero con un largo y sólido recorrido en la Web como
Roll&Play de Trasgotauro, y otros muchos proyectos que son meras ideas en la mente de sus creadores, como es el caso de mi propio juego de rol, del que no diré más porque soy un mar de dudas y de inseguridades de todo tipo.
Analizando estas iniciativas, rápidamente podemos diferenciar entre aquellas que sea han quedado en el PDF, y aquellas otras que han llegado al, para mi gusto, siempre ansiado papel, vertientes éstas que se pueden combinar a voluntad del creador/editor de turno. Ambos formatos tienen sus ventajas, aspecto éste que ha abierto la posibilidad de que tantos creadores hayan confluido ahora mismo en la red de redes. Así, en los ochenta, o en los principios de los noventa, una cantidad tan grande de microeditoriales (término éste que tampoco es que me agrade mucho) era una utopía. Afortunadamente, la tecnología ha venido siendo más accesible, y hoy en día cualquier persona con mínimos conocimientos de informática puede colgar sus PDF´s, de mayor o menor calidad, en unos cuantos minutos. Por el contrario, en los años a los que me refería, únicamente empresas o personas con un buen respaldo financiero podían llegar a publicar juegos y a un mayor público.
Partiendo de que considero beneficioso que se haya generalizado el uso y difusión de las nuevas tecnologías, debo puntualizar que el hecho de que se edite algo en PDF y se cuelgue en un blog no es escusa para una rebaja en la calidad de un producto rolero. Yo mismo intento imprimir cierta calidad a los módulos que publico en la caverna. Son detalles como la maquetación, la consistencia de las aventuras, la buena presencia de las mismas, etc... los que hay que vigilar a la hora de crear un PDF. El hecho de que ofrezca un formato digital no implica que valga cualquier cosa. Al menos, esa es mi opinión, y espero que el resultado de los documentos que publico refleje lo que os expongo. Mantengo esta postura ya que yo mismo soy el primero en imprimir mis PDF´s para tenerlos en papel de cara a una hipotética partida. De este modo, concibo mis propios PDF´s como un material que tiende a estar en papel. Así, mis propias aventuras las tengo impresas (eso sí, en un papel normalito y sin grandes alardes) para mi propia conservación. Ello implica una maquetación más cercana al papel desde el inicio, y no tan destinada al PDF.