lunes, 24 de septiembre de 2012

Viejas amistades

Apenas había estado unos segundos con mi tripulación, y me habían sacado a rastras de la sala. Recibí un golpe, el segundo del día, y nuevamente desperté en otro sitio. No es algo tan raro en la vida de un contrabandista. Aquella nueva habitación estaba casi vacía. Junto a mí, una mesa tan blanca como la acolchada pared, y junto a ésta, un oficial del Imperio. Estaba cegado por tanta luminosidad, razón por la que apenas podía entreabrir los ojos. Sin embargo, escuchar una voz familiar me hizo recobrar los sentidos antes de tiempo. 

- Hola, Rick. Siempre en líos, nunca vas a aprender... 

Emití un sonido de desaprobación. Habría escupido al suelo si eso me hubiera servido de algo, pero sabía que aquella "amable entrevista" podría pasar a ser una condena a muerte si no medía mis palabras. Aun así, dejé sacar un poco mi rabia, la misma que había contenido durante tanto tiempo. 

- Perdiste el derecho a llamarme Rick hace años, Kate. 
- No te pongas así, Rick. Al fin y al cabo, soy un oficial de aduanas del Imperio. Sólo cumplía órdenes. 
- Maldita seas, Kate. Por tu culpa murió Galta. Aquella explosión que provocaste para incriminarnos acabó con ella-. Intenté incorporarme, pero estaba bien sujeto. Apenas me pude levantar un palmo del suelo antes de que las esposas me abrasaran las muñecas. 
- Daños colaterales, Rick. Pero basta de cháchara. ¿Qué transportas?- preguntó inquisitiva. 
- Eres consciente de que no lo sé. La carga está cifrada. Solo la puede abrir el destinatario- respondí seguro de mis palabras. 
- ¿No pensarás que me creo eso? Seguro que Jayne ha hecho un buen trabajo con el cifrado, pero no tardaré en abrir la caja. 
- No sé de qué hablas, pero en todo caso no puedes retenerme sin pruebas de contrabando- repliqué con astucia. 
- Sabes que no me costaría nada crear esas pruebas- me contestó ella. 
- Soy consciente de ello, y también Wedge. Todavía recuerdo mi agradable estancia en la cárcel. 
- Así que Wedge sigue contigo, ¿no? Creo que todavía le buscan en Tatooine. Tal vez le tenga que entregar a los Hutt. 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Oscuridad Perpetua: Planes Fracasados

Parece mentira, pero hace casi un año, que se dice pronto, publiqué la primera entrega de la Campaña de larga duración Oscuridad Perpetua. Lo de "larga duración" adquiere así un significado que en absoluto era el que yo quería darle. Mi intención habría sido completar esta trilogía de aventuras del modo más rápido y adecuado posible, no excediéndome tanto en esta tarea a la que hoy pongo fin, con los matices que os indico más adelante. Sea como fuere, y entrando ya en el detalle de lo que estáis esperando, hoy os dejo la tercera aventura de la Campaña.


Planes fracasados cierra Oscuridad Perpetua de un modo que yo creo que agradará a los que habéis esperado con impaciencia y entusiasmo este momento. Al menos, ese es el ánimo con el que he desarrollado este trabajo final. Modestamente, he de decir que el resultado me ha satisfecho, y que las 48 páginas (portada y contraportada incluida) que componen esta tercera aventura merecen el tiempo y esfuerzo invertidos, que os puedo asegurar que han sido enormes.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Reapertura de la caverna

Vuelvo hoy a la actividad del blog con una pseudo "Fragua de la caverna" para dejar constancia de lo que vais a encontraros por aquí en las próximas semanas. No os voy a negar que lo último que he tenido en mente últimamente ha sido el blog, ya que como bien sabéis, he atendido alguna que otra cosa más importante en este último mes.


Sin más, y entrando ya en el tema que nos ocupa y que os importará más que mi vida privada, os puedo decir que estoy pasando los cambios que mi lectura de la última entrega de Oscuridad Perpetua ha aconsejado. Espero tener la versión en PDF a finales de esta semana o principios de la próxima, y nada me gustaría más que el hecho de que podáis disfrutarla pronto. Cuanto menos tarde con ello, mejor, ya que lo siguiente será crear un sólo documento con las tres entregas de la Campaña.