Para aquellos de vosotros que habéis vivido la llegada y auge de las
grandes consolas, aquellas que siguieron a esa generación formada por Súper
Nintendo, Nintendo 64 o Mega Drive, esta entrada os puede traer algo de
nostalgia, a una época en la que no había trofeos en los videojuegos.
Vaya cacharro... |
Hace no tanto, nuestras consolas no necesitaban conectarse a Internet
para poder disfrutar de sus juegos. Consolas como psone o ps2 eran totalmente
funcionales sin conectarse a la red. Incluso, muchos juegos de ps3 son válidos
offline. Sin embargo, ps4 prácticamente inutiliza muchos juegos sin
Internet. Por ejemplo, y sin ir más lejos, el nba2k16, que es la última entrega de mi juego deportivo favorito, no vale una castaña sin las compras (no necesariamente de dinero real) on line. Una pena, pero es lo que tenemos porque la industria del videojuego hace su agosto con los extras.
No es un pantallazo del nba2k16 pero la idea es la misma |
Aquellos viejos tiempos eran muy distintos: sin DLC ni
actualizaciones, un juego se exprimía lo que el usuario quisiese, siempre dentro
de los límites propios del desarrollo del mismo. En algunos casos, aquello no
daba más de sí (y ni falta que hacía) pero en otros casos (como mi adorado FF7)
todo se hacía poco. El mucho o poco provecho que se podía sacar a un juego tenía un límite finito y, más allá de la satisfacción personal que te podía producir lograr según qué cosas, lo principal era pasárselo sin más. A un lado quedaban aquellos juegos que no se "podían pasar", tipo FIFA o similares, aunque sí podías tratar de ganar todos los partidos.
Tal vez viendo un filón en ese modelo de negocio basado en los
abusivos Season pass, llegaron los trofeos de ps a nuestras vidas. Se trata de
logros que merecen recompensas simbólicas a juicio de Sony, y que fomentan la
comparación con nuestros amigos en las redes. No me considero un loco de los trofeos, aunque sí he de reconocer que
intento lograr todos los que puedo. Hay cierta corriente en dar una importancia
excesiva a los trofeos (incluso entradas de blogs dedicadas a ellos. Ironía ON) y aficionados a los videojuegos que seleccionan sus compras en función de la facilidad a la hora de conseguir los trofeos. A día de hoy me enorgullezco de no seguir esa absurda moda. Mis compras compulsivas siempre encierran algún anhelo oculto, o un gusto en determinado estilo de juego o saga. Ni por asomo voy a centrar mis compras en los dichosos trofeos.
No son mis trofeos. Mi vida gira en torno a más cosas... |
El hecho de que no dé importancia a los trofeos no significa que no los persiga hasta cierto punto. Si el juego en sí me atrae, intento lograrlos pero sin volverme loco. Algunos de esos juegos que han merecido mi atención y sacrificio han sido Assassins Creed Syndicate o AC Rogue. En cambio, otros que me han entusiasmado, como The Last of Us o el extraordinario Sombras de Mordor, me han resultado imposibles en lo que se refiere al logro de trofeos. Los disfruté, pero no tanto como para aparcar las otras muchas cosas que despiertan mi interés.
Este sí lo tengo. |
A estas alturas de entrada, ya casi sin más ideas que estrujar de mi maltratado cerebro, poco más queda por decir, salvo tal vez el mejor consejo que puedo daros: disfrutad vuestros juegos. Si lograr los trofeos os encandila, adelante con ello. Si preferís pasaros juegos y emocionaros con sus historias, bienvenido sea. Yo me divertía en su momento con juegos que no tenían trofeos, y me divierto hoy en día dando importancia a los trofeos en algunos casos, y pasando de ellos cuando me toca.
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