jueves, 12 de septiembre de 2024

Mis frustraciones con Assassin´s Creed

Como bien sabéis, Assassin´s Creed es una de esas sagas que me han restado (y restarán) horas de vida. De hecho, la última de las entradas de esta santa casa fue dedicada a esa saga como pasatiempo veraniego. En ella repasaba mi periplo estival, que abarcaba en el momento de la entrada AC Black Flag y Grito de Libertad. Como apuntaba en la entrada, continué con Rogue y, tal y como temía internamente, fui tan débil como para iniciar una enésima intentona de redimir mis sentimientos con AC III.

Y aquí estamos. AC III es el primer ejemplo de mis frustraciones con esta saga. Cada vez que repaso mi análisis del juego llego a las mimas conclusiones: avances, en su momento, interesantes, un contexto histórico bastante conocido por todos los que nos interesa el pasado, pero un enorme conjunto de errores de todo tipo y aspectos a mejorar. Entre esos errores están los múltiples fallos inexplicables en el juego, en especial en la Tiranía del Rey Washington, que provocan desincronizaciones, pérdida de objetivos secundarios, o necesidad de reiniciar recuerdos completos.


Como os comentaba, he caído en el error de dar una nueva oportunidad a ACIII. El último motivo de frustración me lo dio una de las primeras misiones en las que manejamos a Connor: la misión del águila, que a buen seguro habréis sufrido más de uno. En esa misión sólo podemos recibir un golpe en vuelo, y ahí está la frustración, Te mueves para un lado, te vas para el otro, repites la misión y no te das un golpe donde antes pero lo haces más adelante. Llega un momento en que te hartas, y se acabó. Lo peor de todo es que en la PS3 llegué a lograr la sincronización de esta misión al 100%, pero ya no tengo tanta paciencia. Botonazo y a eliminar el juego de la PS5. A otra cosa.

Y otra cosa es AC Unity. Es un juego que debía dar un paso adelante en su momento, y desde el principio dio un paso atrás en lo gráfico (personajes sin cara mediante), en lo que requería (demasiadas misiones secundarias que terminaban cansando) y posibilidades excesivas (¿para qué tanto equipo). Es cierto que tuvo aspectos positivos como recorrer París o algunos elementos como las misiones colaborativas, que están bien llevadas. Sin embargo, lo negativo me pesa más que lo positivo, y ahí se quedará el juego sin volverse a jugar.


Y con algo malo de algo positivo termino esta entrada. Esta es mi mayor frustración con esta saga: no tengo el 100% de sincronización en Assassins Creed II Brotherhood. Asco de vida, de verdad. Cada vez que veo ese 97% de trofeos me hierve la sangre porque recuerdo exactamente dónde soy incapaz de hacer lo que resta. ¿Os acordáis del tanque aquel de Leonardo y del bombardeo en ala delta? ¿No? Pues yo sí. No puedo con la vida. Qué misiones, señor mío. Un auténtico horror que me persigue día a día.

En fin, amigos de la caverna, ahí están mis frustraciones de esta amable saga. Espero las vuestras.