Tras mucho tiempo sin adentrarme en la saga Final Fantasy, hoy me toca hablaros de Final Fantasy X. Se trata de un juego desarrollado por Squaresoft (Ahora Square Enix) que fue lanzado en Europa en el año 2002 (Lo sé, siempre voy a la última, pero qué le voy a hacer). En esta ocasión, la plataforma para el mismo es PS2, al contrario que tres anteriores entregas de la saga, que sólo estaban disponibles para Play Station 1, compatibilidades con PS2 y PS3 aparte.
Antes de profundizar en opiniones personales sobre FFX, vaya por delante que el presente post se limita a analizar los aspectos generales del juego, sin entrar demasiado en detalles como los secretos del mismo. Que nadie espere un análisis del juego al completo, con todo hecho y todos los objetos y eones descubiertos. La primera vez que me paso un juego de Final Fantasy, hago eso, pasármelo, sin más. Hecho esto, ya puedo comenzar de nuevo y conseguir todos los secretos que haya y echar horas como un tonto para no pasarme el juego (Llegar al momento previo al último monstruo y dejarlo ahí para explorar el mundo y jugar a los minijuegos de turno).
Lo primero que analizaré es la calidad gráfica, que me parece excelente gracias a las mayores prestaciones, en comparación con Play Station 1, de PS2. Así, los escenarios son mucho más realistas, con una mayor sensación de 3D. Incluso, las caras de los personajes ganan en realismo, con una mayor gesticulación. Todo ello es sin duda una mejora respecto a los anteriores Final Fantasy. Sin embargo, lo que queda un poco peor de esa mejora de gestos se manifiesta en las batallas. Me parece que queda un tanto cutre esos giros de cabeza de tus personajes hacia el personaje que esté actuando en ese momento. Esto ocurre cuando utilizas algún objeto, o usas alguna magia o comando para tu equipo. Un personaje actúa y los demás se quedan mirándole con la cabeza girada hacia él. ¿Qué queréis que os diga? No lo veo en absoluto. En todo caso, y retomando la calidad gráfica en sentido más estricto, la apariencia de batalla y escenarios es muy buena, con enorme realismo, y algunos lugares impresionantes. Tanto es así, que las secuencias de vídeo no están tan distanciadas de la apariencia normal del juego, si bien la calidad y los detalles de los vídeos son abrumadores.
Tratando el sistema de batalla, he de decir que me ha resultado muy novedoso y muy fácil de llevar. Tras FFIX, donde se manejaban hasta 4 personajes, FFX se caracteriza por volver al habitual grupo de 3 personajes en batalla, con un sistema que permite cambiar personajes durante la misma. Me parece un sistema fantástico, que permite incluir en el grupo de batalla al personaje más adecuado para cada momento sin perder turno alguno. Así, la batalla se simplifica hasta cierto punto, evitando que una mala selección de personajes tire al traste todo tu trabajo. Por otra parte, la posibilidad de cambiar tanto armas como accesorios en la batalla nos permite enmendar una mala planificación, aunque con la penalización de gasto de turno en muchas ocasiones. Por ello, el sistema de batalla me merece una buena opinión, ya que se agradece en las situaciones más tensas del juego.
El sistema de desarrollo de personajes también es novedoso. En otros Final Fantasy estábamos acostumbrados a lograr experiencia y subir niveles automáticamente. Ello incrementaba de modo automático aspectos como la Fuerza, Magia, etc… En FFX el sistema planteado es el de esferas. Tras cada batalla recibiremos experiencia y, llegado un punto, lograremos una unidad de desarrollo. Pensad en ello como niveles. Tras X experiencia ganas una unidad. Esa unidad nos permitirá mover a nuestro personaje un hueco en el mapa de esferas. Así, nosotros podremos elegir dónde movemos a nuestro personaje. En ese recorrido, nuestro personaje podrá activar esferas que le otorgan Fuerza, PM, Vitalidad... Para ello precisará las esferas que los monstruos dejen caer tras la batalla. Se trata de una suerte de AP de FFVII, o de PH en FFVIII, por poner un ejemplo. No todas las esferas que los monstruos dejan caer tras la batalla valen para activar cualquier tipo de punto del mapa de esferas. Hay esferas de vigor, magia, habilidad, agilidad, así como otras más singulares como las de retorno, suerte, esfera amiga… A todo esto hay que añadirle que ciertos caminos del mapa de esferas estarán bloqueados y sólo podremos pasar por ellos usando unas esferas de determinado nivel. Aunque así explicado parece complicado, el sistema es sencillo de aplicar. Esta forma de desarrollo de personajes me ha gustado, aunque en ocasiones se hace algo pesado desarrollar a todos, sobre todo si se lleva varias unidades sin hacerlo. Con esta forma de desarrollo lo que sí conseguiremos es que cada personaje pueda tener un desarrollo distinto en cada partida que hagamos, lo que hace que cada nueva partida no sea una mera repetición de la anterior. Por último, conviene aclarar que los personajes sólo obtendrán experiencia si participan de modo activo en la batalla. Así, hay que emplear el sistema de batalla para que salgan en cada enfrentamiento, aunque sólo sea para curar, usar habilidades como premonición, o lanzar un objeto.
Los turbos. Para que nos entendamos, se trata de los límites de FFVII. En algunos casos, para que el turbo sea más efectivo, se requiere de la combinación de botones. Curioso, y nada molesto, la verdad. Además, se puede cambiar la forma en que se llena la barra de turbo, de tal modo que no sólo se llenará si nuestro personaje recibe daño. Podemos fijarlo para que el turbo se llene con los golpes que damos a los monstruos, o si curamos a un aliado, etc… Esto es muy útil para ajustarlo al tipo de uso que damos a los personajes.
La historia. Sin entrar en demasiado detalle, diremos que nos encontramos en Spira, un mundo al que llegamos con el personaje protagonista, a lomos de un monstruo llamado Shin. Desde el principio del juego nos embarcamos en una misión por derrotar a este engendro, en la creencia de que al hacerlo podremos volver a nuestro hogar, Zanarkand. Con carácter general, la historia no me ha disgustado, aunque tengo que decir que había algunas cosas más que predecibles en la misma. Lo que sí me ha disgustado bastante es el final. Me esperaba otra cosa. Lo que en todo caso sí me pareció algo pesado es el ritmo lento en determinadas partes del juego, con escenas excesivamente largas y demasiado diálogo. En esto he de decir que FFX incluye por primera vez doblaje de los personajes, en inglés, eso sí. Los subtítulos a veces entorpecen más que ayudan, pues eluden información siendo demasiado escuetos. Afortunadamente, con prestar atención se entiende el audio perfectamente.
Los personajes. En esto he de decir que tengo muy claro quiénes son mis favoritos. Empezaremos por orden de uso, para no favorecer a nadie. Hay que tener en cuenta que mis apreciaciones sobre los personajes están influenciadas por el desarrollo que les he dado en mi partida, así como a no haber recopilado las armas legendarias. Por ello, soy consciente que muchos no compartirán mi opinión.
Tidus me parece que se queda un poco en tierra de nadie, pues ni termina de ser un guerrero realmente fuerte, ni puedes instruirle debidamente en la magia. Sus habilidades son otras, como los comandos extra en determinadas batallas, la habilidad pirarse, o magias de estado como prisa. Aun así, sus turbos más poderosos pueden resultar muy útiles.
Auron. Ni que decir tiene que es mi personaje favorito. Es una bestia, y mete tortas como panes. Su fuerza física es brutal, y nunca falta en mi partida inicial de tres. No es apto para las habilidades mágicas, pero tiene habilidades interesantes como Rompecoraza que vienen muy bien contra determinados monstruos. Finalmente, en cuanto a los turbos, he de decir que estrella fugaz me ha salvado de más de un monstruo más pesado de lo debido.
Rikku. Su utilidad principal es la habilidad Robar cuando nos enfrentamos a máquinas albhed, así como la habilidad Usar. Su importancia en el grupo crece con el paso del juego, ya que gracias a ella podremos hacer reformas en armas y accesorios para dotarles de nuevas habilidades. Más allá de lo dicho, sus habilidades de combate no son muchas, por lo que la empleo principalmente para lo dicho. En cuanto a su turbo, muchas veces prefiero ni usarlo.
Yuna. Es la invocadora del grupo, así que su utilidad sobre todo es mayor en grandes batallas. En batallas contra monstruos más del montón la suelo emplear como curadora y sanadora, por lo que conviene ajustar su turbo a parámetros de cura. Aun así, su peso en el grupo va aumentando a medida que avanzamos en el juego, resultando imprescindible su participación para poder pasárselo.
Wakka. Es otro de los personajes que más me gustan. Su fuerza física es considerable, y las criaturas voladoras su especialidad. Casi siempre es de mi partida, y su turbo me saca de más de un apuro. Lo considero imprescindible. En cuanto a sus turbos, se hace necesario jugar al blitzball para obtener otros niveles, aunque he de decir que no es complicado pasarse el juego con sólo el primero de ellos.
Lulu. Se trata de la maga negra del grupo, aunque también la he desarrollado para que aprenda otras magias como Cura+ o Sanctus, por lo que mejora sus prestaciones. Al principio del juego y al final resulta un personaje de mucha utilidad. En la primera de las situaciones su poder en comparación con el resto de los personajes es muy superior, por lo que resuelve más de un entuerto. En la segunda situación, puedes conseguir magias muy poderosas que causarán gran daño. Su turbo, basado en el uso del joystick derecho, nos permite atacar a varios rivales con una magia negra a elegir, con lo que emplearemos la más adecuada según el caso.
Kimahri. Es otro personaje que se me ha quedado en tierra de nadie. Su turbo me parece, en la mayoría de las ocasiones, muy poco útil. Sus habilidades de turbo las aprendemos de modo similar a las de Quina en FFIX, por lo que hay que tener paciencia y buscar todas ellas, lo cual no me deja de resultar molesto. Si a eso le añadimos una fuerza que no deja de ser moderada, no os extrañará que haya intentado reconducirlo a una especie de mago negro, aunque con mucho menos poder que Lulu.
Minijuegos y otros. Destaca el blitzball, una especie de balonmano acuático con muy buena pinta pero al que he jugado más bien poco. Hay liga, copa y amistosos, así que puede ser ideal para pasarse unos buenos ratos alejados de la batalla, más allá de tener utilidades como la indicada en el apartado de Wakka. Hay otros minijuegos como los chocobos, tanto en entrenamiento como carrera, las mariposas, los rayos… También destaca el corral de monstruos, aunque me resulta una tarea un tanto ardua. Por supuesto, no puedo dejar de mencionar el curioso aprendizaje del idioma albhed. En fin, que hay bastante diversión secundaria.
Secretos. Tengo la sensación de que el material extra crece y crece cada Final Fantasy. Me parece abrumadora la cantidad de secretos que FFX encierra: Ruinas Omega, eones secretos, armas legendarias… Por supuesto, los he tenido que mirar en la guía, porque no he hecho casi nada de esto.
En resumen, puedo decir que FFX es un juego que merece mucho la pena, y al que sitúo por encima de FFVIII y FFIX. Me niego a ponerle un escalón por encima de FFVII, porque el juego de Cloud me gusta más que el primer día. Muy destacable el novedoso sistema de batalla y desarrollo del personaje, así como la calidad gráfica, el entorno y los minijuegos con especial mención al Blitzball. Lo que menos me ha gustado, sin duda, el lento desarrollo de la historia en algunos compases del juego, y la exagerada cantidad de secretos.
2 comentarios:
También te gustan estos juegos, vaya reseñón nene!
Pues yo diré que empezé el VII en su momento y me aburrí como una ostra, nunca he podido, es decir, no he tenido paciencia para empezar y acabar un fantastico juego de estos, prefiero ver a mi pareja como se los va pasando XD
Pero hombre, anímate al menos con el VII, que es un juegazo inigualable. Dale una oportunidad y ya me cuentas.
Gracias por comentar.
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