La Valley abandonó la órbita del planeta de manera pausada, pues tocaba realizar los cálculos de astronavegación pertinentes para poner rumbo a las coordenadas indicadas por Ellors Madak. Cualquier novato pensaría que, con las coordenadas en la mano, basta con acelerar a la velocidad de la luz para llegar seguro a cualquier destino. Sin embargo, cualquier experto sabe que un cálculo errado podría acercar tu nave a alguna supernova. Viajar por el espacio no es como dar un paseo por el campo, amigos.
Ellors me miró con esos ojos vacíos llenos de desconfianza que yo mismo habría tenido si estuviera en una nave ajena. Lo respeté y lo respeto. Aquella situación no era agradable ni para él ni para mí. Sin embargo, nuestros intereses eran comunes en aquel momento: yo tenía que pensar en mi tripulación y él en la suya y su nave, que estaba repleta de un importante cargamento del que no quería hablar (y de ahí que yo supiera que era importante).
Introdujimos las coordenadas, realizamos los cálculos y saltamos al hiperespacio. Aunque Walk no estaba a bordo, me sé manejar en mi propia nave. Eso es algo que tengo que recordar más a menudo. Ellors comenzó a analizar algunos de los cuadros de instrumentos de la cabina, reparando en algunas de las modificaciones que yo mismo he realizado a lo largo de esos años.
- Simple curiosidad profesional. ¿Esto es un alterador de credenciales? - preguntó Ellors.
- En efecto. Es muy útil en puestos fronterizos con mucha afluencia. Puedes intercambiar las credenciales con una nave cercana y volver a la original cuando has pasado el control.
- ¿Y qué pasa con la nave con la que intercambias las credenciales?
- Normalmente no se percatan del cambio hasta que es demasiado tarde y están inspeccionando la nave a bordo. Cuando comprueban que todo es correcto lo achacan a un error del sistema de detección de credenciales.
- Interesante. Lo podemos usar cuando lleguemos a nuestro destino.
- Ten en cuenta que se necesita cierto tiempo para robar las credenciales de una nave.
- Tranquilo, déjamelo a mí. Pasaremos inadvertidos.
En aquel momento me dejé llevar por la confianza de Ellors y tampoco quise enrrarecer el ambiente. El viaje no había hecho más que empezar y en aquel instante no era consciente del tiempo que tardaría en ser libre otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario