Llegado el turno a FFIX, no podía dejar de decantarme por Amarant el Rojo. Nuevamente, me inclino por un persoanje que no es el principal (Personalmente, Yitán no me resultaba tan carismático como Cloud, ni tan esquizofrénico, dicho sea de paso, como Squall). Amarant no es mi elección por la obvia comparación con otros personajes de dudoso carisma como Quina (Nunca entendía como permitían que un personaje de Final Fantasy fuera con esas pintas), o tan inverosímiles como Freija (Siempre me pareció que sobraba un poco y que su incidencia en la historia es más bien escasa).
A Amarant siempre le encontré mucha utilidad, y formaba parte de mi grupo de cuatro en casi todo momento (Subida de habilidades y experiencia aparte). Por un lado, atacaba tan fuerte como Yitán o Steiner (Bueno, tan fuerte no, pero era más que destacable su Fuerza de ataque). Usar a los tres juntos me recordaba en cierto modo a los personajes de FFVII, con los que podías dedicarte a utilizar sus golpes sin necesidad de usar ataques mágicos (Eso en Vivi, personaje que por otro lado me gustaba bastante, no era posible). Pero no sólo de Fuerza bruta vive Final Fantasy, y ahí Amarant ganaba enteros con su magia. Especialmente útil es Chakra, sobre todo cuando está en Trance. Lo utilizaba para evitar usar Eter con las curadoras y/o Aspir con Vivi. Incluso, bien planteado, te evitaba gastar tiendas de lona. Tan sólo hay que usar chakra sobre Amarant y recupera los PM que haya podido gastar al lanzar Chakra sobre los demás. Otro de los hechizos importantes de Amarant es Aura, que nos permite no depender tanto de Eiko o de Garnet. Y por último, qué no decir de un clásico como Lanzamonedas. No recuerdo Final Fantasy alguno en el que no estuviera presente (GP Toss incluido). Puede ser útil, sobre todo si andas sobrado de dinero. En definitiva, el caza recompensas es mi elección clara en FFIX.
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