jueves, 18 de mayo de 2017

Rumbo a Lorien

En mi más tierna infancia me vi obligado a viajar a muchos lugares de la tierra media con mi padre Filas, mi madre Gilglin,  y mi hermano Genodat. El primero de los viajes que logro recordar fue a Lorien, y he aquí mi relato sobre lo que aquella visita deparó.

Recuerdo un viaje iniciado en mitad de la noche. Mi nos despertó mucho antes de lo acostumbrado, que solía ser al amanecer. "Vuestro padre ha sido reclamando por el rey. Tomad estas ropas y no lo hagáis esperar".


Nuestras quejas no fueron atendidas por nuestra madre, y unos minutos más tarde estábamos en un carro tirado por nuestros caballos más queridos. Sin embargo, aquella no era una ocasión para el juego con ellos. La lluvia comenzó a caer. El golpeteo del agua en las  mantas que nos cubrían era sólo el aviso de las duras condiciones que íbamos a sufrir las siguientes semanas.

Aquel largo viaje, del que no daré ahora más detalles, hizo mella en todos. Especialmente cansada encontré a mi madre. No pensaba en aquel momento que aquella sería una de las últimas ocasiones en las que estaríamos los cuatro juntos. Lo que había sido tan frecuente hasta entonces cambió para siempre tras aquella visita. Pero eso es otra historia.

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