Así que aquí estoy, habiendo pasado ya por el Río de la Luna cuando escribo estas líneas y, por tanto, con el equipo completo de guardianes de Yuna (¡cómo es de exagerado en número ese grupo de guardianes que hasta en el juego lo ponen de relieve!).
viernes, 14 de marzo de 2025
Cosas que pasan: rejugando a FFX
Así que aquí estoy, habiendo pasado ya por el Río de la Luna cuando escribo estas líneas y, por tanto, con el equipo completo de guardianes de Yuna (¡cómo es de exagerado en número ese grupo de guardianes que hasta en el juego lo ponen de relieve!).
miércoles, 12 de marzo de 2025
Juegos de contrabando
viernes, 28 de febrero de 2025
Un acierto de cada Final Fantasy al que he jugado
De FFXVI, última entrega hasta la fecha de las que he jugado, también es complicado destacar algo realmente reseñable, pero si hay algo va en línea con lo mismo que he comentado del anterior juego: me quedo con (SPOILER ALERT) Cid, pero el original.
Vamos con FFVIII. Con carácter general es un juego que me gustó, así que no debería ser complicado destacar algo positivo, o al menos eso podría pensarse. El sistema de extracción de magia era bastante rompedor en su momento y, si se gestiona adecuadamente, puede simplificar mucho tu experiencia con este juego. Por tanto, me decanto por esta cuestión.
LLegamos a FFXV, donde destaco especialmente la originalidad de esas primeras partes del juego donde vamos con el grupo por la carretera en esa mezcla de JPOP (¿existe eso?) y peli americana de carretera que conviven bastante bien. Pues bien, al hilo de esto, me resulta especialmente gracioso el desarrollo de los platos por Ignis, mi personaje favorito del grupo.
Llegamos a mi amado FFVII. Podría decir que prácticamente todo es bueno y no mentiría, pero vamos a destacar algo en particular que a mí siempre me gustó. Puedes pasarte el juego sin abusar de magias o de invocaciones y que, siempre que es posible, trato de trasladar a otros Final Fantasy. De hecho, la primera vez que acabé con Arma Esmeralda prácticamente ni usé invocaciones.
miércoles, 26 de febrero de 2025
Susurros de Cuiviénen
lunes, 24 de febrero de 2025
Diario de edición: Una moneda para el brujo, aventura para The Witcher, el juego de rol (II)
jueves, 13 de febrero de 2025
Un error de cada Final Fantasy al que he jugado
Retomo la actividad del blog con una entrada sobre una de las sagas más queridas de esta casa: Final Fantasy. Hoy dedicaré unas cuantas líneas a identificar un error de cada uno de los juegos de la saga a los que he jugado. En esta lista me limitaré a los juegos de Play Station, pues meterme en los de NES me parece demasiado. Allá vamos, advirtiendo de que el orden va a ser aleatorio, así que, al más puro estilo La Media Inglesa con los aficionados del Arsenal, no esperéis a que empiece por FFVII (vaya crossover os he colado, ¿eh?).
Como de algún modo hay que comenzar este recorrido de mal rollo, vamos con lo peor de lo peor: FFXII. De este juego destaco, por mala, la historia, que va disminuyendo en interés hasta agradecer de verás terminar el juego lo antes posible. Allí quedó el juego, terminado, y jamás rejugado.
De FFXVI, última entrega hasta la fecha de las que he jugado, me quedo como gran error con la extrema sencillez en los combates. No me malinterpretéis, no quiero un juego que sea un reto tras otro hasta el punto de odiarlo. No, no busco eso. Pero en este caso es que estamos en el polo opuesto. Creo que no hubo ni un sólo KO en todas mis horas de juego. Eso no tiene sentido.
Vamos a dar muchos pasos atrás con FFVIII. Podría enfocar mis frustraciones con el sistema de extracción de magia, pero creo que lo que peor vi del juego fue que los rivales subieran de nivel contigo, pues provocaba combates larguísimos que no iban a ningún lado.
En FFXV encuentro un problema similar al que os comentaba con FFVIII, y es que hay mazmorras que son auténticos dolores de cabeza con una cantidad agotadora de salas y rivales. Lo peor de esto es que alguna la tuve que recorrer más de una vez.
Encajo en lo que supongo que será más o menos la mitad de la entrada: FFVII. Adoro este juego, como bien sabéis, pero también tiene sus pegas. En esta ocasión me centro en el poco tiempo que, por razones obvias de guion, tenía el desarrollo de Aeris como personaje. Si querías lograr todos sus límites, que se puede hacer, echabas tantas horas que el resto del juego era coser y cantar.
martes, 28 de enero de 2025
Compras compulsivas: jedi power battles para Ps5
Sí, amigos, os encontráis ante una nueva entrada de esa serie de posts que podríamos agrupar bajo el concepto ¿En qué se ha gastado esta vez el dinero el tarado de Bindôlin? En esta ocasión, llega el turno a Jedi Power Battles.
Sí, la evidencia es aplastante. Este juego ya existió en play station, que por entonces no era ni play station uno ni ps one ni nada por el estilo, a principios de siglo. Fue un juego de mucho recorrido en mi grupo de amigos porque nos permitía jugar a dobles y afrontar mejor algunos de los niveles más endiablados que ofrecía, y que ofrece, pues esta nueva versión del juego, siendo generosos con lo de "nueva", viene a aportar muy pocas novedades en forma de algún personaje nuevo, y poco más.
Llegado este punto, os preguntareis por qué he comprado el juego. Pregunta lícita, sin duda, y respuesta obvia a poco que conozcáis el blog: pura y genuina nostalgia. Como os decía antes, este juego tuvo mucho recorrido entre mis amigos (y yo mismo, claro) y quería tenerlo disponible para jugarlo cuando quisiera y ver si había envejecido bien. Spoiler: la verdad es que no.
En efecto, el juego sigue con los problemas que tenia en su momento y que no han sido mitigados ni un poco (e intuyo que tampoco interesaba). En primer lugar, algunas pantallas son largas hasta decir basta, con algunas misiones que si las fallas te obligan a empezar de cero, lo cual hace aflorar mis traumas de adolescencia. Por otro, es un juego de plataformas que tiene unos controles bien malos, con lo cual terminas piñándote de la peor de las formas posibles.
martes, 21 de enero de 2025
Mi padre Filas
Vuelvo hoy a vosotros con más historias de mi vida en la Tierra Media, y quiero detenerme hoy en mi padre Filas, hijo de Feltan. Mi padre, a pesar de haberse mantenido fiel a Thranduil la mayor parte de su vida y consagrarla a la protección del Bosque Negro, conoció en su juventud, antes de unirse a mi madre Gilglin, el amor por el mar propio de los Teleri.
Allá en la primera edad del mundo, cuando la mayor parte de éste se sumía en la guerra por aquellas malditas joyas de Feanor, mi padre aprendió de Cirdan las artes más refinadas en la construcción de barcos. Tal era el amor que mi padre sentía por el mar, que su corazón estuvo a punto de ceder en más de una ocasión y abandonar la Tierra Media. Si eso hubiera sucedido, hoy estaríais ante un papiro en blanco, pues yo no habría nacido.
Pasaron años y años, hasta que se contaron por siglos, y mi padre estaba cerca de ceder a la tentación. Esa cantidad de tiempo puede parecer mucha a vuestros ojos mortales, pero para alguien de mi pueblo son apenas un instante. Y precisamente eso, un instante, es lo que bastó a mi padre para enamorarse de mi madre.
jueves, 16 de enero de 2025
Socios por conveniencia
La Valley abandonó la órbita del planeta de manera pausada, pues tocaba realizar los cálculos de astronavegación pertinentes para poner rumbo a las coordenadas indicadas por Ellors Madak. Cualquier novato pensaría que, con las coordenadas en la mano, basta con acelerar a la velocidad de la luz para llegar seguro a cualquier destino. Sin embargo, cualquier experto sabe que un cálculo errado podría acercar tu nave a alguna supernova. Viajar por el espacio no es como dar un paseo por el campo, amigos.
Ellors me miró con esos ojos vacíos llenos de desconfianza que yo mismo habría tenido si estuviera en una nave ajena. Lo respeté y lo respeto. Aquella situación no era agradable ni para él ni para mí. Sin embargo, nuestros intereses eran comunes en aquel momento: yo tenía que pensar en mi tripulación y él en la suya y su nave, que estaba repleta de un importante cargamento del que no quería hablar (y de ahí que yo supiera que era importante).
Introdujimos las coordenadas, realizamos los cálculos y saltamos al hiperespacio. Aunque Walk no estaba a bordo, me sé manejar en mi propia nave. Eso es algo que tengo que recordar más a menudo. Ellors comenzó a analizar algunos de los cuadros de instrumentos de la cabina, reparando en algunas de las modificaciones que yo mismo he realizado a lo largo de esos años.