viernes, 4 de octubre de 2024

Los restos de Númenor

Permitidme que desde las Tierras Imperecederas os dirija nuevamente la palabra. Es curioso cómo es inevitable echar la vista atrás y recordar episodios de mi estancia en la Tierra Media. No es de extrañar tampoco, pues allí nací y allí he vivido la mayor parte de mi existencia. Aunque mucho os he hablado de mí, creo no haberos hablado nunca antes con el sufiente detenimiento de Gilglin, mi madre.

Las palabras en élfico, lengua Ent o de los hombres se quedan cortas para describir el amor que tenía hacia Genodat y a mí,  y también se quedan cortas las palabras de aliento que recibimos de ella cuando los dos éramos a penas unos imberbes elfos de cien años que teníamos prácticamente vetado explorar el Bosque Negro.


Entre las principales preocupaciones de nuestra madre estaba que tanto Genodat como yo tuviéramos el mayor conocimiento posible de las Edades antiguas. Y una de las lecciones que repetíamos con más asiduidad es la de la caída de Númenor.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Negocios turbios

Cuando desperté después de aquel fundido a negro no sabía dónde estaba,  pero no tardé en hacerme una idea porque reconocí al instante aquel símbolo.  Me habían atrapado los pyke. Nunca me han gustado esos clanes. Ni unos ni otros, pero no puedo negar que alguna que otra vez he tenido que negociar con ellos.

Intenté moverme pero fue imposible. Una sacudida eléctrica recorrió mi espalda. 

- Un campo de fuerza. No van a dejar que escapamos.  Al menos por ahora.

Creí reconocer una voz familiar, pero aquello no era posible, o al menos no lo parecía en aquel momento.

- ¿Walk? Pero, ¿Qué haces aquí? - pregunté sin poder siquiera imaginar como alguien de mi tripulación estaba encerrado conmigo.

- Nos atraparon hace dos días. Tienen la valley en un hangar,  y llevan buscándote casi un mes. Si no hubiera sido por tu pequeña aventura con Katarn habrían dado contigo antes. Él está bien. Escapó de los pyke con Skywalker y nos puso en la pista para encontrarte. 

- ¿Nos? - pregunté todavía confuso.

- Nos, Rick. Estamos todos aquí - me dijo Kate, que estaba una celda más allá. 

Solo entonces reparé en lo grande que era aquel sitio. Había decenas de celdas. Junto a mi tripulación,  desperdigada en varias de las celdas, había no menos de tres o cuatro contrabandistas que conocía de distintos negocios y rivalidades cosechadas a lo largo de los años. 

Ahí estaba Gela Yeens, uno de los cobradores de las deudas de Jabba. Repasé mentalmente si le debía algo a aquella babosa, y respiré aliviado al recordar que la última vez que había tratado con los hutt había dado una de mis identidades falsas: Carth Onassi. 

Pero Gela no era el único conocido. Ellors Madak y Baniss Keeg, los pilotos de la raza Duro, estaban también en las celdas. Aquella parecía una convención de contrabandistas. Pudiera parecer que no había ninguna conexión, pero entonces apareció ella: la hija de Marg Krim, la más peligrosa integrante de los pyke con la que me he topado.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Compras compulsivas: Star Wars Outlaws

No tengo remedio. Ubisoft, con sus frías garras, me ha vuelto a embaucar. Sabéis que vengo de un verano dedicado en cuerpo y alma a Assassins Creed que me ha hecho incluso echar la vista atrás en la saga icónica de esa malvada empresa saca cuartos a la que tantas horas de entretenimiento le debo. Ahora, con Star Wars Outlaws he dicho aquello de...

Porque sí, amigos de la caverna. Desde el momento en que me enteré que Ubisoft lanzaba un juego de Star Wars supe que mi dinero ya no estaba en mi bolsillo. Es de esos juegos que ves venir,  y que sabes que terminarán cayendo antes o después.  Y en esta ocasión ha sido un poco después de los ue yo mismo esperaba, pero no demasiado después la verdad.