Esta es una entrada algo distinta a lo que os tengo acostumbrados en la caverna. Y lo es porque he hecho algo que llevaba mucho tiempo aparcado: jugar a rol. No descubro nada si os digo que el juego al que jugué es Star Wars d6, pero vayamos por partes, ya que hay mucho que contar.
El grupo de juego estaba compuesto por tres jugadores, incluyendo a mí, que hacía las veces de Director de juego y creador de la historia sobre la marcha, tal y como comentaré más adelante. Como quiera que ya estaréis hartos de leer sobre mí y mis gustos, os presentaré a los otros dos jugadores. El primero de ellos es un primo mío de 14 años. El segundo, mejor dicho segunda, es también una prima mía, de 12 años. No es caprichoso que se trate de ellos, ya que esta partida que os relato es fruto de una larga espera hasta la cena de nochebuena.
Nuestros dos jugadores noveles tienen un contacto con el universo Star Wars bastante centrado en la "nueva" trilogía y las series como The Clone Wars. Fruto de ello, y considerando que el conocimiento de la trilogía original que tienen se reduce casi a los personajes principales, mi prima escogió la plantilla de la joven senadora, llamándola Princesa Leia (Lo sé, lo sé). Mi primo optó por un caza recompensas llamado Jaden (sí, el chico ha tenido el buen gusto de jugar a Jedi Academy) de apellido Jaccobuci (esto no sé de dónde lo habrá sacado...).
Por último, y como os indicaba, estaba mi personaje, incluido para que aquello no fuese un rollo de dos... Mi personaje era un piloto atrevido (imposición de la princesa) llamado Kyle Katarn (viva la originalidad y mi buen gusto). Además de eso, yo hacía las veces de guionista de la historia (jugamos sin aventura previa ni nada, viendo qué salía de aquello, cual sandbox que se precie).
La historia de cómo los tres personajes se conocen es la siguiente: La Princesa Leia, de Alderaan, viajaba a bordo de una nave pilotada por el bueno de Kyle, un piloto de Yavin que se ha unido recientemente a la Alianza. La nave sufre el ataque de Jaden, un caza recompensas contratado por el Imperio, que viaja en el Zafiro Negro, un carguero modificado al más puro estilo Halcón Milenario.
El caso es que el caza recompensas aborda la nave, rapta a Princesa y piloto y se los lleva al Zafiro Negro. Todo va bien para él, efectivo caza recompensas como es, pero se percata de que el Imperio no le ha contado todo cuando la nave de la diplomática vuela por los aires. Esto le hace enfurecer, y pasa a unirse a la Rebelión, dejando a los tres en una situación desesperada en la que deben aunar fuerzas por sobrevivir.
Aparecen dos TIE de la nada, y comienzan los tiros. Nuestro trío de personajes acude presto a los cañones laser de la nave. Tras varios intentos, maniobras de pilotaje del caza recompensas (¡¡El piloto estaba a los mandos de un cañón láser!!) los dos TIE son destruidos, y una calma tensa invade la nave.