- No es casualidad que haya pasado esto, Skywalker - le dijo Katarn al jedi.
- No lo es. En absoluto - respondió Skywalker sin dejar de mirar el camino mientras conducía el aerodeslizador - Fuiste imprudente al contactar conmigo, pero yo lo fui más al venir.
El silencio se apoderó de los siguientes minutos. Al principio agradecí ese momento de calma, ya que mis oídos todavía pitaban de tanto ruido de bláster. Sin embargo, al final no pude contenerme.
- Bueno, ¿Alguien me dice qué vamos a hacer ahora? - pregunté mientras revisaba mi bláster.
- Hay una célula rebelde cerca. Allí encontraremos ayuda y transporte.
- ¿Una célula rebelde aquí? ¿Tan lejos llega ese movimiento? - pregunté incrédulo a Skywalker.
- La tiranía del Imperio ha acabado con la paciencia de muchos. Pronto se unirán más. Ya casi estamos. Es....
De nuevo, la pausa. El silencio. Esta vez no fue un silencio agradable, sino desconcertante. Una columna de humo se veía desde lejos. No hacía falta analizar más la situación. La célula rebelde no iba a poder ayudarnos.