Siguiendo la serie que empecé con The Old Republic, escribo hoy sobre una de esas compras tan impulsivas como magistrales que he hecho en verano. En esta ocasión, se trata de El Hobbit, de J.R.R. Tolkien. Poco más se puede decir tanto de esta obra como de este autor, sobre todo con una nueva película (que serán tres) basada en él mismo, pero no está de más dar una breve descripción de esta obra de arte.
El Hobbit cuenta la historia de Bilbo Bolsón, un afable mediano que habita en Bolsón Cerrado, en la Comarca de la Tierra Media y que se ve implicado en la mayor aventura de su vida. Tras una charla un tanto confusa con Gandalf el gris, se encuentra una par de días después con un grupo de enanos que, aunque dicen estar a su servicio, más bien requieren los servicios del señor Bolsón como saqueador. Sin tramarlo, ni pretenderlo, Bilbo viaja con los enanos para, superando más de un peligro, tratar de recuperar la Montaña solitaria de las garras de Smaug, un temible dragón. No entraré en más detalles porque 1) Si os interesa esta entrada es probable que sepáis cómo termina todo 2) No me gustaría ser yo quien os arruine la diversión de leer por primera vez este libro.