Afortunadamente, mi infancia y adolescencia están plagadas de buenos recuerdos. Entre ellos destacan una serie de libros del tipo "diseña tu propia aventura". Estos libros, que han supuesto para mí una enorme fuente de inspiración a la hora de crear las aventuras en solitario para la Guerra de las galaxias: el juego de rol, consisten en adoptar el papel de un héroe y proceder a la toma de todo tipo de decisiones. En cierto modo, ese sistema de lectura de estos libros se parece mucho a los juegos de rol, ya que eres tú mismo quien decide tu destino, si bien es un mundo mucho más limitado que al que estamos acostumbrados en los juegos de rol.
Los libros que tuve de este estilo pertenecen a "El reto de las galaxias". Seguramente muchos de vosotros conocéis esta atractiva colección, pero ahí va una serie de notas para saber algo más acerca de ella. En El reto de las galaxias adoptas el papel de un miembro de la Academia Espacial, una enorme organización galáctica que intenta mantener la paz allá donde va. Esta temática es, en cierto modo, similar a la de Star Trek, si bien el hecho de ir acompañados de un androide llamado 2-Tor nos acercaba mucho a La Guerra de las Galaxias. Esa actividad en pos de la libertad se realizaba bajo el mando del Capitán Polaris, que tenía cierto tufillo al Capitán Kirk (Pero al Kirk de William Shatner, ¿eh?).
Sea como fuere, todos los libros seguían el mismo sistema, consistente en la toma de decisiones que llevaban a un desenlace que era evaluado por Polaris. El objetivo principal era obtener la mayor puntuación posible, aspecto éste que conseguí en alguna que otra ocasión, para obtener un ascenso, una recomendación, o una vuelta a la academia por nuestra torpeza en la misión... Otro objetivo, más alejado de la competitividad con uno mismo, era la diversión y la aventura, y ahí, amigos míos, os puedo asegurar que este tipo de libros daban la talla.
Volviendo a los libros en sí, los dos primeros que tuve fueron "El planeta Ludus" y "La invasión de los androides". Me los regalaron allá por el verano de 1994, año arriba año abajo, y eran de la editorial Susaeta, en un tamaño muy recomendable para llevarlos a la playa o donde tocase estar. Cuando uno leía esos libros resultaba muy curioso las advertencias del tipo "Este libro no se lee como lo hacen los humanos". Era bastante gracioso ver todas esas advertencias para "no acabar chiflado" leyendo. Te hacían sentir parte de la historia rápidamente, con un lenguaje directo, eficiente, muy del estilo de las introducciones de las aventuras de La Guerra de las galaxias.
El tiempo pasó, y la infancia y la adolescencia fueron quedando atrás. En cuanto a los libros, de una u otra forma, quedaban ocultos en un cajón de mi habitación. Sin embargo, cada cierto tiempo, parecían aflorar aquí y allá, como deseando ser jugados, como si aquellas aventuras no hubieran cesado. A pesar de todo esto, no fue hasta hace cosa de dos años cuando el recuerdo y el anhelo por estos libros brotó con más fuerza. Era el día en que se celebraba en Madrid la final de la Liga de Campeones entre el Inter de Milán, a la postre campeón, y el Bayern de Munich. Yo había quedado con unos buenos amigos, y uno de ellos me regaló un libro. Mi sorpresa, y agrado, fueron mayúsculos cuando abrí el regalo y me topé de lleno con otro libro más de El reto de las galaxias. Hoy en día todavía se me dibuja una sonrisa en la cara al recordar aquello, justo como cuando era un niño, justo como cuando servía a las órdenes del Capitán Polaris...
2 comentarios:
¿Estos eran los libros donde si morías te ponían ZAP? Jejeje
Tal cual, Maestro Terrax, XDXD.
Gracias por comentar.
Publicar un comentario