Nos topamos con él en mitad de Eregion. Voltor se llamaba y era un animado hobbit. Por supuesto, cuando digo que nos topamos con él, quiero decir que estábamos los de siempre; A saber: Klos, Zanger y yo. Quedamos sorprendidos por lo rápidamente que aquel hobbit quiso integrarse en nuestro grupo. Estaba "dispuesto a todo", según sus propias palabras, y se consideraba un explorador de primera. Como quiera que nosotros tres no éramos especialmente buenos en actividades como el rastreo, Voltor fue recibido con alegría, excepción hecha de Zanger. "Mmp" fue lo único que dijo mi querido amigo enano al respecto de la incorporación del mediano. Yo sabía que no le agradaba aquella incorporación a nuestro grupo, pero lo correcto era no desdeñar ayuda alguna, por menuda que esta fuese.
Pasaron las jornadas y Voltor no desaprovechaba oportunidad alguna de mostrar su valía. Escabulléndose en medio de la noche se coló en un campamento de trolls. Gracias a su astucia conseguimos flanquear al enemigo y abatirlo con facilidad. Después de aquello, Zanger no tuvo por más que expresa un "Mmp" ante tan astuta jugada. Aún así, el escepticismo seguía reflejado en el rostro del enano.
Tiempo más tarde, unos meses después de nuestro primer encuentro con él, caminábamos en la espesura con Voltor unas decenas de metros por delante. De repente, escuchamos unos gritos de terror y el limpio sonido de una flecha cortando el viento. Nos apresuramos y llegamos hasta el lugar del que provenía el ruido. Allí yacía el cuerpo sin vida del bueno de Voltor, abatido por unos orcos. No tardamos en vengar la muerte del explorador, tras lo cual incineramos su cuerpo.
- "Lamento de verás su pérdida"- me quejé amargamente.
- "Mmp. No era mal tipo"- dejó escapar el enano.
Pasaron las jornadas y Voltor no desaprovechaba oportunidad alguna de mostrar su valía. Escabulléndose en medio de la noche se coló en un campamento de trolls. Gracias a su astucia conseguimos flanquear al enemigo y abatirlo con facilidad. Después de aquello, Zanger no tuvo por más que expresa un "Mmp" ante tan astuta jugada. Aún así, el escepticismo seguía reflejado en el rostro del enano.
Tiempo más tarde, unos meses después de nuestro primer encuentro con él, caminábamos en la espesura con Voltor unas decenas de metros por delante. De repente, escuchamos unos gritos de terror y el limpio sonido de una flecha cortando el viento. Nos apresuramos y llegamos hasta el lugar del que provenía el ruido. Allí yacía el cuerpo sin vida del bueno de Voltor, abatido por unos orcos. No tardamos en vengar la muerte del explorador, tras lo cual incineramos su cuerpo.
- "Lamento de verás su pérdida"- me quejé amargamente.
- "Mmp. No era mal tipo"- dejó escapar el enano.
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