Hoy dedicamos unas líneas a la pifia, esa maldición de los dados que nos lleva a ejecutar las más idiotas y absurdas maniobras autodestructivas. El que más o el que menos la ha liado alguna vez en sus que haceres diarios, y en el rol no podía haber excepciones. La pifia es la culminación de lo estúpido, la concreción de lo imposible. En una mala noche, uno suele pifiarla un par de veces como mucho, tres a lo sumo, cuatro si estamos negados, y así hasta agotar los números conocidos... porque ¿Para qué engañarnos? Cuando no te sale nada, no te sale nada. Mi pobre elfo da cuenta de ello (Maldito carcaj atasca flechas):
En esdla, mi juego fetiche, las pifias cobran dimensión casi cómica. ¿No me creéis? Ahí va un ejemplo. Pifia de armas empuñadas, resultado del dado 100: "El peor movimiento visto en años. -60 a la actividad por un tirón en la ingle. El enemigo queda aturdido 2 asaltos, muerto de risa." No sé vosotros, pero yo no me imagino un orco riéndose en mitad de la batalla... Todavía hay más. Pifia de armas de proyectil, resultado del dado 97-99 "Pareces pensar que tu arco es un batuta. Se te resbala y al intentar recogerlo, va a aparar a un metro y medio delante de ti." Imaginaos la jugada. A un aguerrido dúnadan en mitad de la batalla se le cae el arco y comienza a perseguirlo como la típica moneda que se te cae en un bar y termina rodando entre servilletas. Podían haberle puesto empeño, o crear unas pifias más serias, como en Star Wars d6, donde un fallo en los cálculos de la trayectoria de la nave te lleva al limbo del espacio, o te pulveriza. Será menos gracioso, pero sí que es pifiarla a base de bien.
Y para finalizar, una batallita. La mayor pifia que recuerdo no fue siquiera una pifia. Mi amigo el elfo noldo se metió con un goblin borracho en una taberna. O fue al revés, no lo recuerdo muy bien. El caso es que cuando nos quisimos dar cuenta, los dos estaban en el suelo. El goblin, en coma etílico, y mi amigo en el suelo, con un ojo destruido por la maza del goblin. Puede que no fuese una pifia, pero nos reímos en su cara todo lo que pudimos y más. Lo extraño es que no afectó a su bonificación por Presencia... Estos elfos noldo son así, guapos hasta decir basta aunque les falte un ojo.
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